PARADIGMA COGNITIVO.
La teoría cognitiva, proporciona grandes aportaciones al estudio del proceso de
enseñanza y aprendizaje, como la contribución al conocimiento preciso de algunas
capacidades esenciales para el aprendizaje, tales como: la atención, la memoria y el
razonamiento.
Muestra una nueva visión del ser humano, al considerarlo como un organismo que realiza
una actividad basada fundamentalmente en el procesamiento de la información, muy
diferente a la visión reactiva y simplista que hasta entonces había defendido y divulgado
el conductismo.
Reconoce la importancia de cómo las personas organizan, filtran, codifican, categorizan, y
evalúan la información y la forma en que estas herramientas, estructuras o esquemas
mentales son empleadas para acceder e interpretar la realidad.
Considera que cada individuo tendrá diferentes representaciones del mundo, las que
dependerán de sus propios esquemas y de su interacción con la realidad, e irán
cambiando y serán cada vez más sofisticadas.
En conclusión, la teoría cognitiva determina que aprender; constituye la síntesis de la
forma y contenido recibido por las percepciones, las cuales actúan en forma relativa y
personal en cada individuo, y que a su vez se encuentran influidas por sus antecedentes,
actitudes y motivaciones individuales. El aprendizaje a través de una visión cognitivista es
mucho más que un simple cambio observable en el comportamiento.
PARADIGMA HISTÓRICO-SOCIAL .
El paradigma histórico-social, también llamado paradigma sociocultural o históricocultural, fue desarrollado por L.S. Vigotsky a partir de la década de 1920. Aun cuando
Vigostky desarrolla estas ideas hace varios años, es sólo hasta hace unas cuantas
décadas cuando realmente se dan a conocer. Actualmente se encuentra en pleno
desarrollo.
Para los seguidores del paradigma histórico-social, el individuo aunque importante no es
la única variable en el aprendizaje. Su historia personal, su clase social y
consecuentemente sus oportunidades sociales, su época histórica, las herramientas que
tenga a su disposición, son variables que no solo apoyan el aprendizaje sino que son
parte integral de él, estas ideas lo diferencia de otros paradigmas.
Una premisa central de este paradigma es que el proceso de desarrollo cognitivo
individual no es independiente o autónomo de los procesos socioculturales en general, ni
de los procesos educacionales en particular. No es posible estudiar ningún proceso de
desarrollo psicológico sin tomar en cuenta el contexto histórico-cultural en el que se
encuentra inmerso, el cual trae consigo una serie de instrumentos y prácticas sociales
históricamente determinados y organizados.


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